Viajar y recorrer el mundo es un deseo bien arraigado en muchas personas. La curiosidad inherentemente humana de descubrir sitios diferentes, de disfrutar paisajes lejanos y admirar culturas diferentes a la propia está latente en todos nosotros.
Lo que tristemente ha ocurrido sin embargo con la masificación del turismo desde mediados del siglo XX es que muchos hermosos sitios tanto naturales como culturales se han convertido en una especie de escenario fijo para que los turistas pasen y se tomen una rápida foto.